La ciudad de Linares vuelve a sus clásicos de verano: los botellones y bullicio en las calles a altas horas de la madrugada que impiden el descanso de los vecinos. No hay fin de semana en el que la Policía Local no reciba numerosos requerimientos por ruidos, incivismo y consumo de bebidas en parques, plazas y polígonos.
Los resultados son visibles a primeras horas de la mañana en una ciudad donde la Policía Local se ha visto obligada a reforzar las indicativos de Seguridad Ciudadana las noches de los viernes y sábado, debido al aumento de los decibelios y el lógico malestar de los linarenses.
El objetivo de este refuerzo de la vigilancia es atender las quejas ciudadanas y prevenir el botellón que sigue estando prohibido en la vía pública. En esta línea, también quiere acabar con los actos incívicos que se producen durante las noches de fiesta, como discusiones, orines, gritos, cánticos o ruidos hasta altas horas de la madrugada que están colmando la paciencia de los vecinos.
La Policía Local trabaja de manera intensiva para reducir las molestias nocturnas en aquellas zonas que son objeto de concentración de personas, principalmente jóvenes, como la Plaza Colón. «Es insoportable lo que vivimos en esta zona cuando llegan los fines de semana. Más allá de que beban o no, lo que más nos molesta es el ruido que producen», denuncia Carmen Cañas, residente en un bloque de pisos de la calle Viriato.