Una de los primeros movimientos que hizo Javier Perales como nuevo portavoz del Grupo Municipal Socialista fue comunicarse con la alcaldesa, Auxi del Olmo. El propósito de la conservación no fue otro que salir de la política del fango en la que se había convertido la actividad municipal, llegando incluso a los insultos, los desplantes y las miradas desafiantes que poco o nada ayudan a la reconstrucción del municipio.
El pasado jueves, en las dos sesiones que se celebraron, el tono de los concejales fue distinto. Hubo, como es natural, un debate intenso en determinados puntos, pero sin sacar los pies del tiesto. Tanto fue así, que en el intercambio de intervenciones, previo a convocar el pleno extraordinario para aprobar la iniciativa socialista para que no quiten más líneas de Infantil en el CEIP Colón, Enrique Mendoza, portavoz del PP, y su homólogo socialista llegaron a llamarse por su nombre en medio de la vorágine.
En plena confrontación por los supuestos casos de corrupción en el PSOE, el estado de la sanidad pública andaluza, la vivienda y un sinfín de cuestiones más, los partidos del arco municipal han decidido cambiar el paso y no seguir la espiral tóxica que se proyecta entre otros lugares.
Los linarenses están hartos de la crispación política, quieren rebajar la tensión y exigen a los partidos que lleguen a pactos ciudad en asuntos clave para los vecinos, como ocurrió, por ejemplo, con la moción del colegio Colón.
Lo nuevo y lo viejo
Lo nuevo y lo viejo. En este clima de desazón con la actualidad, proliferan las añoranzas por los grandes liderazgos de antaño y una cierta sensación de que el nivel de la política ha tocado fondo. Y eso es lo que quieren cambiar los munícipes de la Corporación. Ofrecer más imágenes de consenso y menos descalificaciones.
No en vano, esta lógica perversa de confrontación resta eficacia a la propia acción de Gobierno y a la oposición. Al fin y al cabo, la política es una actividad cuyo objetivo es el de resolver pacífica y razonablemente conflictos entre las personas y los grupos humanos.
Más precisamente, la política es una forma particular de afrontar aquellos conflictos que deben resolverse democráticamente.
Son muchos los ámbitos de la vida en los que la política no actúa: todos aquellos en los que la lógica dominante no es la democrática, en sentido estricto, sino alguna otra, como la jerarquía, el conocimiento, el afecto, la confianza, etc.
Así pues, la política sólo tiene sentido porque los seres humanos habitamos un espacio de interacción que no se deja someter a otra norma que no sea la de la discusión libre y la contraposición de proyectos sociales diversos con el objetivo de alcanzar acuerdos que hagan posible la coexistencia en el conflicto. La política no puede pretender eliminar el conflicto social, sino hacerlo habitable.
Sabemos cómo funciona la política. Discutes porque no puedes enchufar a los suyos cuando no gobiernas, elevando el tono y quejándote de lo que tú no has hecho cuando gobernabas. Y cuando hay alternancia, ocurre lo mismo, ruido y criticas porque el gobierno de la ciudad no hace lo que tú prometiste hacer cuando gobernabas. Y así sucesivamente.
Lo importante y que no tienen que olvidar estos políticos es que trabajan para todos en Linares y lo que es positivo para la ciudad lo es independientemente de que el tanto se lo apunte uno y otro.
En cuestiones como por ejemplo el impedir el desmantelamiento ferroviario, en poner facilidades a empresas para invertir, en generar riqueza con la universidad y atraer talento son puntos en los que todos los del pleno, gobernantes y oposición deberían ser una única voz.