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«Bienestar Social me ha descubierto como persona y me ha puesto los pies en la tierra»

Por:Javier Esturillo

María del Carmen Muñoz Rivero (Linares, 1973) acaba de llegar a la primera línea de la política municipal. Es la concejal de Bienestar Social, Igualdad, Diversidad y Participación Ciudadana. Una de las áreas de mayor relevancia en cualquier equipo de Gobierno.

Apenas abre las puertas de su despacho, en el antiguo edificio de La Constancia, se muestra cálida y hospitalaria. Abogada de profesión, Mamen Muñoz, como le gusta que la llamen, se crio en Mancha Real, por motivo laborales de su padre. Regresar a su ciudad fue uno de los hechos más significativos de su vida. Lo hizo para trabajar en El Corte Inglés, en el que desempeñó diferentes funciones hasta su cierre. Ella decidió quedarse en su tierra.

Se define como una mujer de su tiempo, comprometida, sincera, familiar y casera. Tiene un aire juvenil que mantiene desde el principio de la conversación, si bien hay momentos en el que el tema tratado le aprieta el corazón. Ese gesto denota empatía y, sobre todo, dosis de humanidad y humildad que tanta falta hacen en los tiempos que corren. Le gusta hacer cosas, muchas cosas y variadas, armar proyectos y seguirlos de cerca, sumarlos a su nube.

Certera y sin rodeos, pero también mágica y llena de resonancias, la edil del Ayuntamiento de Linares no esquiva pregunta alguna. Quizá, porque la política solo es un episodio más en su vida. «Estoy aquí para ayudar y tratar de solucionar los problemas de los linarenses. Solo eso», afirma Mamen Muñoz, quien nos regala su magnética espontaneidad casi sin darse cuenta.

—¿Qué es la igualdad?

—Básicamente que los hombres y las mujeres somos iguales en todos los aspectos, igualdad de derechos y de obligaciones. Por el solo hecho de haber nacido, la igualdad deber se innata para cualquier persona.

—¿Las políticas de igualdad implican una discriminación positiva hacia la mujer?

—En mi opinión, no debería ser así. Hablamos de igualdad de trato y de oportunidades, por lo que solo es necesario legislar en igualdad.

—¿Cree que hemos avanzado lo suficiente en esta cuestión?

—Se ha avanzado muchísimo, sobre todo desde el punto de vista legislativo. Basta con ver los antiguos códigos penal y civil para comprobar que se han eliminado artículos que eran claramente machistas. Es un abismo lo que hay entre el pasado y el presente. Creo que en materia de legislación estamos al cien por cien. España ha sido un país pionero en este sentido a raíz del caso de Ana Orantes que cambió el código penal, por ejemplo, en los casos de violencia contra las mujeres. Bien es cierto que, a pesar de los avances, todavía queda mucho camino por recorrer en otros muchos aspectos, sobre todo en la igualdad real.

—Los datos de violencia de género son demoledores, a pesar de esos avances. ¿Qué ocurre para que este tremendo drama no encuentre una solución?

—Está claro que algo se nos escapa. La violencia que se ejerce sobre la mujer no es estática y va cambiando conforme va avanzando la propia sociedad. ¿Qué pasa? Pues que hay que darle respuesta a esas nuevas formas de violencia y lo cierto es que no disponemos de soluciones inmediatas. Además, se da en la población más joven a través de las nuevas tecnologías y la sociedad es lenta para encontrar esas respuestas.

—La violencia es contra la mujer, ¿no?

—No lo digo yo, sino las convenciones internacionales y el código penal. Es la violencia que se ejerce sobre una persona por el simple hecho de ser mujer. Hay un montón de conductas que están tipificadas y están castigadas. Hay una connotación diferentes en la violencia de género y es esa relación de subordinación del hombre sobre la mujeres. La legislación internacional ha considerado oportuno castigar ese tipo de conductas que se sustentan en esa desigualdad que constituyen un tipo penal al que le corresponde una sanción.

—¿Por qué se ha politizado tanto un asunto tan sumamente grave?

—Hay muchas cosas que se politizan, porque al final tienen una evolución ejecutiva, legislativa y judicial. Ahora bien, la politización en el sentido negativo no debería existir en el mismo momento de que estamos hablando del sufrimiento de una mujer que puede llegar a perder la vida. Todos podemos tener nuestra manera de entenderlo, pero, por encima de ideologías, todos debemos luchar en el mismo sentido. Ese no es otro que la erradicación total y el rechazo frontal a cualquier tipo de violencia hacia la mujer.

—¿Está conociendo a personas comunes que hacen cosas extraordinarias?

—Tengo la suerte de estar al frente de una Concejalía que me permite esa cercanía con el ciudadano. Estoy abriendo mis ojos a una realidad social a la que era totalmente ajena a mí. Por motivos profesionales, estaba relacionada con otro tipo de mundo, algo más ficticio todo sea dicho.

Esta realidad social de la que le hablo me está permitiendo conocer a gente impresionante. En esta ciudad hay grandes hombres y grandes mujeres con unas capacidades tremendas que me están aportando muchísimo como persona, y me dan ese plus extra para seguir luchando por Linares.

—¿Por qué se mete en política?

—Fue algo circunstancial. Cuando dejé de trabajar en mi anterior empleo, me dediqué a la abogacía y a especializarme en la defensa de los derechos de la mujer y violencia de género y esto me dio la oportunidad de ofrecer una charla. Fue ahí cuando Auxi {del Olmo} me hizo la propuesta para que la acompañara en su proyecto. Me gustó desde el primer momento, porque es genuino, ilusionante, completamente realizable y muy beneficioso para la ciudad. Por eso, no lo dudé mucho.

—¿Era militante?

—Sí, pero me aparte un poco por el tema de mi formación, que me quitaba mucho tiempo, y hacía cosas esporádicas.

—¿Para qué sirve la política?

—Debe servir para prestar un servicio al ciudadano y en el caso de Linares un lugar mejor para vivir en la medida de lo posible. En Bienestar Social hacemos un trabajo que quizá no se vea pero que es muy importante para mejorar las condiciones de vida de los vecinos.

—¿Qué piensa cuando está en un pleno?

—La sensación que me da es que, como es obvio, cada uno defiende sus intereses. Bien es cierto que muchas veces se desvirtúa algo el debate porque muchos de los asunto que tratamos los hemos visto previamente en las comisiones. Me da cierta pena que se discutan cuestiones que han alcanzado el consenso en las comisiones.

—¿Hay mucho teatro?

—Más que teatro, oportunismo, porque sabes que están las cámaras. No es que sea la tónica general, pero en más de un momento se ha aprovechado esta circunstancia para enfatizar el discurso.

—¿Cree en el diálogo?

—Es fundamental. Si quieres avanzar en la vida debes apoyarte en otras personas y dialogar con ellas para alcanzar los objetivos. Una persona sola, con su propio ideal, sin el acuerdo con otros, puede que avance mucho al principio, pero luego, en un momento determinado, se estancará. Nadie está en posesión absoluta de la verdad.

—¿Qué virtudes valora más en una persona?

—Principalmente, la sinceridad.

—No le gusta que la traicionen, por lo que veo.

—Para nada, y lo he sufrido.

—¿Su responsabilidad en Bienestar Social, le hace mejor persona?

—Me ha descubierto como persona. Como le he comentado antes, he vivido en un mundo muy bonito, relacionado con el mundo comercial y de lujo. Ahora, muchas noches, me pregunto: ¿Dónde estaba yo antes? Bienestar Social me ha permitido conocer la realidad que era complemente desconocida para mí o no quería verla. Me reconforta mucho como persona ver lo que estamos haciendo, aunque, de momento, sea poquito.

—Le ha puesto, por lo tanto, los pies en la tierra.

—Bastante.

—¿Ha soltado ya alguna que otra lágrima?

—(Risas) Alguna que otra he echado. En este poco tiempo que llevo en el cargo, he llorado por cosas muy bonitas. El corazón y la sensibilidad de las personas están donde menos te lo esperas, sobre todo con nuestros mayores que son maravillosos. Me han tocado la fibra.

—Hábleme de la Eracis (Estrategia Regional Andaluza para la Cohesión e Inserción Social).

—Pues le voy a dar una buena noticia: nos la han vuelto a conceder y por un importe muy superior al anterior hasta tal punto que se acerca al de Jaén capital. Esto quiere decir que se ha trabajado mucho y muy bien en esta iniciativa. Quizá la gente no la conozca por su nombre, pero sí sabe de su existencia y de la gran cantidad de programas que desarrollamos con ella en distintos barrios.

—¿Qué sería usted sin su equipo?

—Absolutamente nada. Tengo una suerte tremenda de rodearme de un equipo ejemplar, por su experiencia y profesionalidad. Se lo curran una barbaridad. Están pendientes de cada proyecto y se preocupan de cumplir los objetivos.

—Linares es una ciudad que promociona poco la vivienda pública o el alquiler social. ¿Existen algún plan futuro?

—No le puedo responder con certeza, puesto que es un asunto transversal en el que participan otras áreas. Lo que si tenemos es un registro de demanda de vivienda, de modo que cuando nos viene alguien con necesidades lo derivamos a ese registro. Me consta que estamos trabajando de manera intensa en esta cuestión. Somos conscientes de que es un problema y queremos avanzar en ello.

—¿Qué líneas de trabajo van a desarrollar con la comunidad gitana de Linares?

—Es otro de los temas en los que más encima estamos. De hecho, como sabe vamos a impulsar el Plan Local para la Igualdad, Inclusión y Participación del Pueblo Gitano. Esta iniciativa se diseñará de forma participada con entidades, el movimiento asociativo gitano y representantes de la población gitana de la ciudad.

Por su carácter integral y transversal estarán involucradas en el desarrollo de este plan local distintas áreas y departamentos del Ayuntamiento, tales como Educación, Vivienda, Cultura, Igualdad, Empleo o Salud, entre otros, siendo liderado por Bienestar Social.

El plan, que actualmente se encuentra en fase de diseño, tendrá una vigencia de cuatro años, con revisiones anuales, y se sustentará en torno a tres ejes, en concordancia con la Estrategia Nacional: inclusión social, igualdad de oportunidades y no discriminación y participación de la población gitana en la vida política, social y civil de la ciudad.

Con este plan, Linares va a dar visibilidad a la pluralidad, diversidad y cultura de la comunidad gitana, exigiendo y procurando su plena ciudadanía y su total integración social como ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho.

—La soledad de los mayores es uno de los problemas de esta sociedad. ¿Cómo lo afrontan?

—Es un problema difícil de solucionar, porque depende del perfil de cada persona. Hay mayores que no quieren ayuda, pero es verdad que desde el Ayuntamiento se trabaja para dar una cobertura a las personas que no desean estar solas. Trabajamos de manera coordinada con otras entidades e instituciones, como Inserta, de ámbito autonómico.

También hemos hablado con el resto de grupos políticos para ver de qué manera ayudarlos en estas Navidades. Queremos llegar al mayor número de personas, pero ya le digo que es complejo. Tratamos todos los casos de manera personalizada para integrar a estas personas en la comunidad.

—Cambiando de tercio. ¿Veo que es una de las concejales preferidas de la alcaldesa?

—(Risas) No lo sé. Eso debería preguntárselo usted a ella. Lo que sé es que me quiere mucho igual que yo a ella. Además, la alcaldesa fue concejal de Bienestar Social y mejor que nadie conoce como funciona el área. Como es lógico, me apoyo mucho en ella y estamos en contacto permanente. Me ayuda muchísimo y solo tengo palabras de agradecimiento.

—Por si fuera poco, también es la concejal de Participación Ciudadana.

—Es un departamento más transversal. Aunque tengo una atención directa con el ciudadano, las decisiones no dependen de mi exclusivamente. En realidad, mi función es hacer de puente entre los vecinos y el resto de áreas. Eso sí, todo lo que está en mis manos lo hago y ayudó a los colectivos en lo que puedo, sobre todo en la organización de actividades. Pero más allá de todo eso, lo que hago es escucharlos y comprender sus demandas para tratar de cubrirlas. Le puedo asegurar es que todo se va a mejorar.

—Siento que es feliz.

—Sí, lo soy. No puedo pedirle más a Dios. Tengo una familia que me quiere y me siento muy cómoda en las áreas que me han encomendado. Hay otras más visibles y con más reconocimiento, pero, sinceramente, no es lo que busco. Mi único objetivo es hacer las cosas bien y ayudar al mayor número de personas. No sé el tiempo que estaré aquí, solo pienso en que Linares mejores. Solo eso.

—¿Tiene ambición política?

—Para empezar, ni me planteé estar en política. Estoy aquí de forma provisional e incluso accidental. Llegué para apoyar a Auxi en Igualdad y, de golpe, me encontrado con esto. Mis perspectivas políticas son trabajar por y para Linares. No sé hacia dónde me llevará esto. Lo que si le puedo asegurar es que cuando se acabe vuelvo a casa y al despacho de abogados, con mi marido. Nada más.

Fotos: Javier Esturillo y Ayuntamiento de Linares

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