Indistintamente de si se hace por vocación o por otros motivos, entrar en el Cuerpo de Policía Local es una tarea titánica. El primer paso es cumplir con los requisitos previos y después pasar una durísima oposición; un curso de formación y un módulo de prácticas.
Los saben bien los 20 agentes que han comenzado este viernes su adiestramiento en la Escuela de Seguridad Pública de Linares. Proceden de distintos municipios de la región y, durante unos meses, convivirán entre libros con el resto de estudiantes del Campus Científico Tecnológico.
El alcalde, Raúl Caro-Accino, ha sido el encargado de dar la bienvenida a los jóvenes alumnos del segundo curso de ingreso al cuerpo de Policía Local de Andalucía que, como novedad este año, trae la normalidad tras dos años de pandemia.
La presencia de los futuros funcionarios repercute de manera «muy positiva» en la economía local, al igual que el Centro de Prácticas Operativas de La Enira, donde de manera regular se especializan los agentes que quieren entrar en la Unidad de Intervención Policial (UIP), conocidos popularmente como antidisturbios.
Pero no son los únicos que pasan por la academia de la Estación Linares-Baeza. Hasta el antiguo poblado llegan cada año otras secciones policiales de élite, como los Tédax, el Grupo Especial de Operaciones (GEO); los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES); las Unidades de Prevención y Reacción (UPR), o los negociadores en Secuestros y Extorsiones.
También tienen su campo de entrenamiento en La Enira más cuerpos de cuerpos de seguridad del Estado y de diferentes países, así como los soldados, por ejemplo, de la Brigada Guzmán el Bueno X del Ejército de Tierra. Todo ello genera unos dividendos a la economía linarense importantes, desde el sector servicios al hostelero, pasando por el comercio.
