Linares ha perdido de manera prematura a uno de sus referentes en el mundo de la fotografía, Alberto Olea Romero, de 40 años. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada, fue el fundador de la agencia Serendipia Fotógrafos, que regentaba junto con su pareja, Mamen Vilches, con la que compartía, además de profesión, una hija de corta edad y sus dos mascotas.
Alberto Olea deja un vacío profundo en la vida cultural, artística y periodística de la ciudad, donde era reconocido por su preocupación por el rigor, la exactitud, la profesionalidad y la mesura. En esencia, un hombre generoso pero exigente que garantizaba la fiabilidad del trabajo diario. Todo ello con el talante de una persona muy consciente del relevante papel que debía desempeñar la fotografía en el ámbito de la sociedad.
Trabajó para diferentes medios, entre ellos Diario JAÉN, Lacontradejaen o Jaén Hoy, en los que afloró su impronta, con una visión diferente del fotoperiodismo. Detrás del objetivo de la cámara, se escondía un hombre sencillo, amante de la naturaleza y de los animales, pero, sobre todo, del arte. No en vano, ha colaborado con distintos colectivos locales en la puesta en marcha de interesantes proyectos.
La noticia de su muerte se ha recibido con dolor no solo en Linares, sino en otros muchos puntos de Andalucía, pues sus trabajos no se limitaban solo a la ciudad. De talento portentoso, su repertorio de imágenes memorables pasarán la prueba del tiempo.
Descanse en paz, era un buen amigo, lo conozco desde que era un adolescente, trabajamos juntos en varios proyectos, sobre todo, La Casa Pintada de Linares donde era uno más en el grupo creando arte impresionante. Una pena que se haya ido tan pronto. Estoy consternado por la noticia.