Patinetes eléctricos en dirección contraria. Patinetes circulando sobre aceras y paseos peatonales. Patinetes con dos ocupantes. Patinetes que transitan por una carretera. Es una escena diaria en toda la ciudad. Es la ley de la selva desde el punto de vista del ciudadano. «Son los amos de las calles», relata a este periódico Juan Manuel Molina, vecino de la calle Julio Burell.
El problema es que un bueno número de los accidentes que se producen en el casco antiguo por el mal uso estos vehículos de movilidad personal (VMP) tienen que ver con menores. Así lo destaca la Policía Local que advierte del aumento de la siniestralidad de patinetes con dos ocupantes y de menores circulando sin la edad permitida por el reglamento, los 16 años.
En relación con las infracciones, desde el Cuerpo municipal se apunta que el 12 por ciento de las denuncias se interponen corresponden a dos personas subidas en el patinete, el 10 por ciento a la circulación por zonas peatonales y el resto a incumplimientos de normas de tráfico básicas, saltarse un semáforo, utilizar el móvil, ir con auriculares o superar el límite de alcohol.
La Policía Local reconoce que cada vez son más lo accidentes en los que se ven implicados estos vehículos, que incluyen atropellos, embestidas laterales y caídas por falta de equilibrio o estabilidad.
Los heridos en estos siniestros viales suelen acabar en el hospital con heridas moderadas o graves, siendo las más frecuentes los traumatismos craneoencefálicos y las fracturas de extremidades.
Llaman la atención sobre el escaso uso del casco entre los conductores de patinetes y otros vehículos de movilidad personal a pesar de tratarse de un elemento clave para su protección.
El último accidente en el que se vio implicado un patinete se registró el pasado martes, 9 de julio, en la calle Martínez de Úbeda, donde una conductora de VMP sufrió heridas de consideración en la cabeza, por lo que fue necesario su traslado al Hospital San Agustín.
