Las motos han rugido por las calles de Linares. En esta ocasión, no se debía a una concentración o ruta turística, sino para dar una segunda vida a los libros para generar el hábito lector entre linarenses de todas las edades, en especial, los más pequeños.
A primeras horas de la mañana, han aparecido por la Plaza del Ayuntamiento las primeras máquinas de dos ruedas a los mandos de los integrantes del Grupo Moteros, impulsores de la iniciativa, con la cooperación necesaria con el área de Cultura y la Biblioteca Municipal.
Su objetivo este domingo era ‘liberar’ más mil ejemplares del fondo de donaciones de la institución que dirige Luis Rabaneda. Los han ido dejando en plazas, parques, calles y lugares de todo el municipio, como el asilo de ancianos, donde se han vivido momentos muy emocionantes.
A la iniciativa, que forma parte del programa de actividades de la Feria del Libro, se han sumado medio centenar de moteros que han sido los catalizadores del reparto de ejemplares a través del bookcrossing (cruce de libros). También han participado las concejales de Cultura y de Educación, Susana Ferrer y Rosario Jódar, que han asistido al acto central celebrado en el patio de la Biblioteca, repleto de familias y, sobre todo, niños.
Ramón Cerón, presidente de la Asociación Grupo Motero Linares, no puede estar más feliz porque las motos se han convertido este domingo en una potente metáfora que defiende que ningún bien debe tener mayor movilidad que la cultura y que sus instrumentos, los libros, han de viajar por las calles y las mentes de los linarenses. Ahora, lo importante es que disfruten de su contenido.
La ‘Motoferia del Libro’ no acaba aquí, continuará el día 20, con la sección ‘Rutas en moto’ y una charla de Miquel Silvestre en el Hospital de los Marqueses. La última cita será un recorrido por distintos pueblos donde Jorge Manrique dejó su impronta.
