Pablo de Rojas Sánchez-Franco, fundador de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, y Fran Ceacero, su portavoz y hombre de confianza, copan el foco mediático desde que las monjas de la comunidad de clarisas de Belorado decidieron declararse en rebeldía y abandonar la Iglesia Católica para ponerse bajo la tutela de su organización. Los dos son de Linares y se conocen de su etapa de monaguillos cuando eran unos chiquillos, no tenían más de 12 años.
La primera vez que coincidieron fue en una procesión del Corpus Christi. Fran Ceacero pertenecía a la parroquia de El Pilar, del barrio de Las Américas, donde residía con la familia. Pablo de Roja era de San Francisco, templo en el que fue bautizado y tomó la primera comunión. Aquel día del Corpus ambos iban con el incensario y, desde el primer momento, hicieron buenas migas.
Poco después, Pablo de Rojas se marchó de acólito al Sagrado Corazón, donde se reencontró con Fran Ceacero. Estaba de sacerdote José Cardenete Valenzuela. Pronto la relación entre ellos fue creciendo hasta crearse un vínculo de amistad. «Tenía madera de líder», subraya.
Fran Ceacero siempre tuvo vocación. «Llevo 20 años de sacerdote», recuerda a este periódico. Sin embargo, era conocido por su carrera profesional como barman en Bilbao, donde elevó el arte de la coctelería al nivel de la alta cocina. De hecho, regentó con éxito el Gin Fizz, un local pleno Ensanche bilbaíno. De igual modo, fue presidente los bármanes de Bizkaia y uno de los mejores cocteleros vascos.
En 2012 ganó el campeonato del mejor gin tonic original celebrado Donosti, y en 2015 la fama de Fran Ceacero se extendió por todo el País Vasco después de elaborar el mejor vermut Cinzano de Bilbao Centro.
La notoriedad de multipremiado bartender siguió creciendo y creciendo. En octubre de 2018, junto con un socio, da otro paso en su trayectoria: abre el Gizn Fizz, que, además, es se convierte en la primera escuela de coctelería de Euskadi. Para ese tiempo, este linarense nacido en 1981, como Pablo de Rojas, ya llevaba alzacuellos, pero «no lo iba diciendo por ahí», afirma. «Compaginaba ambas cosas», añade.
Fran Ceacero, formado en Filosofía en Alemania, tomó los hábitos para seguir los pasos de su paisano, Don Pablo de Rojas, excomulgado en 2019 por el entonces obispo de Bilbao –y hoy arzobispo de Burgos, donde se ubica Belorado–, Mario Iceta, de quien, precisamente, el portavoz de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli no tiene buena opinión.
Lo que no alcanza a entender es «tanto revuelo». «No hemos hecho nada malo», defiende. «Las monjas están pletóricas, radiantes y contentísimas de haber tomado la decisión de abandonar la Iglesia Católica y haber pedido ser acogidas por Don Pablo de Rojas».
Cree que se están sacando las cosas de quicio debido al bombo mediático y a una tergiversación de los hechos, amplificada en las redes sociales. «Estamos muy tranquilos. Somos dos andaluces que tenemos nuestras familias en Linares y una manera de entender la fe que no encaja con el Vaticano», remata.
