Faltan dos días, solo dos, para que tomemos las calles para reivindicarnos, para hablar de desigualdad, de equidad, de derechos y de discriminación. El 8-M es la mayor reivindicación de la mujer y, en este Jaén, tenemos que elegir. Con el lema “Por mí, por ti, por todas”, la Comisión por la Igualdad y contra la Violencia de Género nos cita, a las 17:00 horas, en la Plaza de las Batallas y, media hora después, el colectivo Feministas 8M, comenzará su manifestación en la Plaza de San Ildefonso con el lema “No hay democracia ni libertad sin servicios públicos de calidad”. ¿A cuál voy? Qué pena, la verdad.
Las proclamas “la unión hace la fuerza” o “el pueblo unido jamás será vencido” no se cumplen en el feminismo. No sé si el origen de la separación se encuentra en los egos, en la poca capacidad para compartir o en que cada uno hace la guerra por su cuenta. La verdad es que me da igual porque no es lógico.
Llevamos décadas denunciando asesinatos, la desigualdad salarial, los techos de cristal y reclamando justicia e igualdad. Gritamos que somos capaces y válidas, pero no nos podemos entender en un día así. No lo comprendo, la verdad.
Después de tantos años de silencio, de asesinatos, de vejaciones y de discriminaciones varias, no somos capaces de salir juntas a reclamar lo que nos pertenece, a gritar que es nuestro momento y que no vamos a parar, que el futuro debe ser feminista. Matan a dos mujeres en 24 horas y nosotras, cada una a lo nuestro, como si no tuviéramos un espacio para trabaja en común.
Compartimos inquietudes, pero no somos capaces de luchar unid@s. ¿Qué ocurre? He leído que no importa que haya dos manifestaciones porque todas avanzamos y sumamos y me pregunto, ¿no tendríamos más fuerza si saliéramos junt@s? Bastante tenemos ya con enfrentarnos a un patriarcado instalado en cada rincón de nuestra sociedad. Por lo menos, ahí tenemos claro quién es el que nos denosta, el que nos ahoga y el que no nos deja crecer. Y, por cierto, los que nos niegan estarán encantados en ver esa división en el seno feminismo. Cuánta sinrazón.
¿De verdad son necesarias dos manifestaciones? ¿No somos capaces de ir todas a una cuando lo que defendemos es lo básico? ¿Mejor la división que la unidad? Estamos a las puertas del 8M y llevaré a mi hija a la manifestación “Por mí, por ti, por todas”, pero con tristeza.
Yo tengo clara mi opción. Los demás que elijan, pero desde luego, dan ganas de mandarlo todo al carajo, de decir que no es serio, que se hace camino andando y que ese camino debe construirse desde la unidad, el encuentro y la sororidad. Feliz 8M