Un ángel de la guarda anda suelto en Linares

José Manuel, natural de Torredelcampo, es el policía nacional que salvó la vida a un hombre que se había atragantado con un trozo de comida la pasada Feria de San Agustín

Por:Javier Esturillo
24 septiembre 2025
José Manuel, el agente de la Comisaría de la Policía Nacional de Linares que salvó la vida a un hombre la pasada Feria de San Agustín. Foto: Javier Esturillo

José Manuel es un servidor público que viste de uniforme y lleva placa. Pero también es un ángel de la guarda. Su rápida intervención la pasada Feria de San Agustín evitó la muerte de un hombre de 70 años que se había atragantado con un trozo de comida. «Nunca podré agradecerle lo suficiente que me permitiera seguir viviendo para disfrutar de mi mujer, mis hijos y mis nietos», describe el linarense en una emotiva carta dedicada a este policía nacional de 37 años.

Natural de Torredelcampo y destinado en la Comisaría de Linares desde hace tres años, su acción durante la madrugada del 29 de agosto fue milagrosa. Sin ella, quizá esa persona a la que le practicó la maniobra de Heimlich -técnica de primeros auxilios para desobstruir las vías respiratorias- no hubiera sobrevivido.

Era la una de la madrugada cuando José Manuel vio a una mujer pedir auxilio de manera desesperada. Su marido no podía respirar. Se había atragantado con un trozo de carne. Sucedió en la zona de bares de las fiestas. El agente ni se lo pensó.

Corrió hasta el lugar en el que se encontraba el hombre e hizo lo que tenía que hacer: poner sus conocimientos al servicio ciudadano. Tras unos momentos de angustia, la víctima, que prefiere mantenerse en el anonimato, expulsó el elemento que obstruía su respiración y ponía en serio riesgo su existencia.

El tiempo de actuación juega un papel clave

El funcionario fue consciente desde el primer momento que el tiempo juega un papel clave, puesto que la falta de suministro de oxígeno al cerebro puede provocar daños irreversibles e incluso una parada cardiorrespiratoria con un trágico final. Por fortuna, en este caso no fue así. El septuagenario recuperó las constantes vitales y, lo más importante, volvió a nacer.

A los pocos días, el hombre entregó una misiva a su ángel de la guarda como muestra de gratitud. La emotiva carta que firma el mismo está escrita desde la sencillez, la humildad y el corazón de una persona que nunca olvidará la actuación de este agente, cuya principal función es servir y proteger.

José Manuel quita relevancia al hecho. Lo asume con una parte más de su trabajo, de las razones que le llevaron a convertirse en policía nacional. Tanto es así que rehúye las preguntas.

No era la primera vez

Sin embargo, a pesar de su silencio, este periódico ha podido saber que no es la primera vez que vive una situación similar. Todavía no había ingresado en el Cuerpo, aunque se preparaba para ello.

Era camarero en bar de la familia en su localidad natal. De repente, una persona se sintió indispuesta. Algo no le había sentado bien. Comenzó a toser con fuerza con la intención de expulsar un alimento de su cuerpo.

José Manuel actuó de inmediato y recurrir a la maniobra de Heimlich para que saliera el trozo de San Jacobo que le impedía respirar. Su formación de socorrista y en primeros auxilios fue determinante para salvar la primera de las dos vidas que contemplan su hoja de servicios.

Así que ya sabe: Si usted tiene un problema y se los encuentra, no dude en saludarlo porque está ante un ángel de la guarda de carne y hueso.

Fotos: Javier Esturillo

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Arturo
1 día antes

Felicidades