Cuando un paciente acudía a la botica en el siglo XVI, lo más probable era que el boticario le recetase un preparado de Triaca Magna, un polifármaco compuesto de varios elementos, entre ellos el opio, que, según la precisión y eficacia al elaborarlo, marcaba la buena o mala reputación de la farmacia.
Mucho ha llovido y mucho han cambiado las cosas en las farmacias desde entonces. Hoy, en pleno siglo XXI, la tecnología se ha incorporado a la gestión y la forma de dispensar fármacos a los usuarios.
La Farmacia Pozo Ancho, ubicada en la calle Miguel de Unamuno, número 14, es un referente regional y nacional en la aplicación del Sistema Personalizado de Dosificación (SPD). Lo hace mediante un software y envasado específico que agrupa los medicamentos para cada paciente según las pautas recetadas. Se trata de una solución más eficiente con la que se logra mejorar la adherencia al tratamiento de los pacientes con más dificultades.
La botica está dirigida por Javier Palacios y da empleo a nueve personas -cinco farmacéuticos y cuatro auxiliares-, a los que se le suman dos becarios. Especializada en servicios de atención farmacológica en el campo de la geriatría, la empresa ha reforzado sus equipos técnicos y recursos humanos desde que instaló en el barrio de Arrayanes en 2018. En poco más de cuatro años, ha pasado de un pequeño dispensador de medicamentos, con un par de trabajadores, a convertirse en una de las farmacias más innovadoras del sector en la comunidad autónoma.
De su laboratorio de SPD, equipado con lo último en tecnología y profesionales formados para realizar correctamente su trabajo. Nada se deja a la improvisación. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle para que la preparación de los fármacos se acometa de manera más rápida, cómoda y, sobre todo, segura.
«El sistema SPD permite ofrecer a cada paciente su medicación clasificada en dosis personalizadas por días y horarios, de tal forma que el tratamiento asegura que se realicen correctamente las tomas recetadas por el médico, lo que se traduce en un aumento de la efectividad del mismo», explica Javier Palacios.
Semanalmente, la Farmacia Pozo Ancho ofrece 800 servicios personalizados a residencias de mayores de toda la provincia. La clave del éxito de este negocio cien por cien linarense reside en el apoyo que recibe por parte de sus clientes y de los profesionales que confían en él y comparten sus experiencias.
Para el farmacéutico, la inversión en innovación supone un gran aporte y un salto de calidad a la hora de atender la demanda. Por ello, su botica no para de renovarse tanto en conocimientos como en servicios. «Este proyecto nos ilusiona a todos y nos ha costado mucho sacrificio, pero también nos ha dado muchas alegrías», reconoce Javier Palacios.
La Farmacia Pozo Ancho, que forma a otros profesionales andaluces en el Sistema Personalizado de Dosificación, es todo un ejemplo en la gestión de medicamentos a través de equipos multidisciplinares desde hace más de una década. El próximo 7 de abril acudirá como ponente a la Jornada Nacional de la Sociedad España de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) sobre SPD que se celebrará en el Hotel Rafael Atocha de Madrid.
Fotos: Javier Esturillo
Esa es mi farmacia un gran equipo con un gran gerente enhorabuena por vuestro buen hacer y a seguir dando servicios a los más necesitados nuestros ancianos Gracias Javier palacios y a todo el equipo
Enhorabuena buena a todo el equipo que lo hace posible.
Gracias Por tu profesionalidad Javier
Enhorabuena Javier y a tu gran equipo por vuestra profesionalidad y buen trabajo