La dignidad ha podido con el rubor. Pedro acude a su cita con Cáritas Interparroquial de Linares para llenar el carro con alimentos no perecederos con los que paliar la situación crítica de su hogar, donde tienen que alimentarse cuatro bocas. Vive en un barrio de la periferia y hace cuatro años que se quedó sin empleo. Supera los 55 años y, a su edad, las posibilidades de encontrar trabajo son mínimas. Él, como otros muchos linarenses, simboliza muy bien el retrato de la profundidad de la crisis económica que vive la ciudad.
Esta Navidad no será diferente a otras, pero volverá a encontrar en la organización católica esa mano tendida que cualquier persona necesita en los momentos más duros. Decenas de familias linarenses son atendidas por Cáritas desde distintos frentes. Unas veinticinco reciben el almuerzo directamente del comedor social San Agustín, donde acuden a comer a diario en torno 150 usuarios, desde transeúntes a personas que buscan en sus mesas, además un plato caliente que llevarse a la boca, afecto y comprensión.
Un número que, según el presidente de Cáritas en Linares, Cristóbal Lupiáñez, no ha cambiado mucho en los últimos meses. «Está estabilizado. Es cierto que tenemos familias en espera, pero, más o menos, nos movemos en el comedor en unas cifras similares a las de otros años».
La labor de Cáritas no se limita solo al alimento. También ayuda a media docena de drogodependientes a salir del pozo de la droga o paga las facturas de luz y agua de numerosos hogares desfavorecidos de la ciudad.
Todo ello es posible a una red de voluntarios que dedican buena parte de su tiempo a una labor altruista y filantrópica en el ámbito de la acción social con los más desfavorecidos y los sectores marginados. Su «lucha contra la injusticia» es titánica, a pesar de contar con la ayuda de la Iglesia, instituciones públicas, entidades privadas y personas anónimas.
Recogida de alimentos en San Francisco
La comunidad de Cáritas en la parroquia de San Francisco ha iniciado una campaña de recogida de alimentos no perecederos con motivo de las fiestas navideñas. Así, del 9 al 23 de diciembre, solicita leche, arroz, aceite de oliva, legumbres, galletas, cacao, cereales y productos de higiene personal, entre otros artículos.
Todo ello se puede dejar en la Plaza de San Francisco, número 2 (portón), hasta el 23 de diciembre en horario de cinco a ocho de la tarde.