Los más de 3.000 kilómetros que separan Linares de la frontera ucraniana se sienten estos días más cerca. Los linarenses, volcados desde que comenzó el conflicto con el apoyo a los afectados por la invasión rusa, han desplegado una marea de solidaridad que recorre toda la ciudad. Concentraciones, minutos de silencio, donaciones, acogidas…, movilización decenas de vecinos conmovidos por el sufrimiento del pueblo ucraniano.
El primero en mostrar su rechazo frontal a la guerra ha sido el Ayuntamiento, cuya Corporación se concentró este miércoles frente al Palacio Consistorial para guardar cinco minutos de silencio convocados por la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp).
El afán por ayudar al pueblo ucraniano se mueve también con envíos de víveres y productos de primera necesidad. Empresas de la localidad, así como ciudadanos anónimos, están preparando material humanitario con destino a la frontera polaca para que sea reportado a Ucrania. Se está recogiendo comida no perecedera, material sanitario, productos de higiene y para el cuidado de bebés y niños, además de fruta y de otros materiales, como colchones.
La Administración local mantiene hasta el próximo día 13 abiertas las puertas de la antigua Casa de la Juventud (El Lugarillo) para que los vecinos que lo deseen puedan realizar donaciones, al igual que ocurre en la sede del PSOE de Linares, donde también se ha puesto en marcha una campaña de recogida de productos de primera necesidad.
Asimismo, muchos vecinos están colaborando con transferencias bancarias desde el móvil, a través de Bizum, con Cruz Roja, Cáritas y Accem, que han abierto cuentas específicas para las aportaciones económicas. Estas ONG tienen alcance internacional para ofrecer recursos en las zonas afectadas por la invasión rusa, con el montaje de campamentos y hospitales de campaña.